SENDERO DE LOS ÁNGELES
SENDERO DE LOS ÁNGELES
Cuando tomamos café la tarde del sábado en el embarcadero del pantano de Bembezar, el dueño del bar nos habló del sendero de los Ángeles, como excursión bonita, pintoresca, de poca dificultad, y nada larga 11,23 km ida y vuelta.
Teníamos otras opciones que Ignacio nuestro GT, traía en cartera, rutas por el parque natural de Hornachuelos.
Tomamos en consideración las recomendaciones del cantinero e investigamos dicha ruta.
Descubrimos en internet la siguiente historia que copio íntegramente.
Se puede saltar sin problema.
Historia
En 1487, el Papa Inocencio VIII, a petición de Martín Alfonso de Villaseca, noble cordobés, autorizó la edificación de los dos primeros conventos y la constitución de la provincia de los Ángeles. En 1490, Fray Juan de la Puebla, inicia las obras de construcción del convento, construyendo una iglesia en Honor de la Reina de los Ángeles, con celdillas para monjes alrededor, todo de tapias groseras y toscas piedras. En 1494 los Reyes Católicos visitan el convento. En 1498, se incendia por primera vez el Convento, y los vecinos de Hornachuelos lo reconstruyen con la misma pobreza. En 1508 la acumulación de monjes, llega hasta las montañas más retiradas, como la titulada de San Miguel. En 1510 se incendia por segunda vez y se reconstruye. En 1570, tras la visita de Felipe II, el Rey dispuso la construcción de un cuarto de cuatro celdas, al que se llamó Cuarto del Rey en el Convento. Ya en el siglo XVII. En 1672. Fray Andrés de Guadalupe relata la forma y detalles del Convento y de la Iglesia. Decretada por la Desamortización la supresión de los institutos religiosos en 1836, salieron los frailes del convento llevando en procesión a la Virgen de los Ángeles hasta la iglesia de Hornachuelos. Abandonando el convento en 1845.
El Estado vendió el edificio y las tierras de su montaña al ecijano don Agustín Díaz y Armero, que emprendió la restauración y reclamo de la Virgen de los Ángeles que estaba en la Parroquia de Hornachuelos, ordenando el gobernador eclesiástico que volviera la Virgen al Santuario de los Ángeles cuando estuviera reedificado, pero la Virgen quedó depositada en la parroquia y el convento fue vendido a los Marqueses de Peñaflor en 1884. Los Marqueses de Peñaflor dedicaron el convento a centro de cacerías, y el transcurso del tiempo estuvieron en él Nuñez de Arce, Hartzenbuch y más modernamente Ortega Munilla. Poco antes de morir la Marquesa de Peñaflor, Fray Albino González Menéndez-Reigada, Obispo de Córdoba, aceptó la donación que ésta le hizo del convento, con la condición de dedicarlo a Seminario, utilizándose como Seminario de verano a partir de 1957, y ampliándose bajo el Obispo don Manuel Fernández Conde y la dirección del arquitecto diocesano don Carlos Sáenz de Santamaría en 1962-63. De hecho sólo quedó de lo antiguo la capilla original, algunas imágenes y muebles que se encuentran hoy en el Seminario de San Pelagio: un cuadro de la Asunción, una imagen de barro del siglo XVI de la Virgen con el niño, en la Capilla de San Pelagio, y la custodia que se realizó con las joyas de la Marquesa. De escultura se conserva un relieve de San Francisco, además de la imagen de la Virgen de los Ángeles y la de San Juan Bautista.
Teníamos otras opciones que Ignacio nuestro GT, traía en cartera, rutas por el parque natural de Hornachuelos.
Tomamos en consideración las recomendaciones del cantinero e investigamos dicha ruta.
Descubrimos en internet la siguiente historia que copio íntegramente.
Se puede saltar sin problema.
Historia
En 1487, el Papa Inocencio VIII, a petición de Martín Alfonso de Villaseca, noble cordobés, autorizó la edificación de los dos primeros conventos y la constitución de la provincia de los Ángeles. En 1490, Fray Juan de la Puebla, inicia las obras de construcción del convento, construyendo una iglesia en Honor de la Reina de los Ángeles, con celdillas para monjes alrededor, todo de tapias groseras y toscas piedras. En 1494 los Reyes Católicos visitan el convento. En 1498, se incendia por primera vez el Convento, y los vecinos de Hornachuelos lo reconstruyen con la misma pobreza. En 1508 la acumulación de monjes, llega hasta las montañas más retiradas, como la titulada de San Miguel. En 1510 se incendia por segunda vez y se reconstruye. En 1570, tras la visita de Felipe II, el Rey dispuso la construcción de un cuarto de cuatro celdas, al que se llamó Cuarto del Rey en el Convento. Ya en el siglo XVII. En 1672. Fray Andrés de Guadalupe relata la forma y detalles del Convento y de la Iglesia. Decretada por la Desamortización la supresión de los institutos religiosos en 1836, salieron los frailes del convento llevando en procesión a la Virgen de los Ángeles hasta la iglesia de Hornachuelos. Abandonando el convento en 1845.
El Estado vendió el edificio y las tierras de su montaña al ecijano don Agustín Díaz y Armero, que emprendió la restauración y reclamo de la Virgen de los Ángeles que estaba en la Parroquia de Hornachuelos, ordenando el gobernador eclesiástico que volviera la Virgen al Santuario de los Ángeles cuando estuviera reedificado, pero la Virgen quedó depositada en la parroquia y el convento fue vendido a los Marqueses de Peñaflor en 1884. Los Marqueses de Peñaflor dedicaron el convento a centro de cacerías, y el transcurso del tiempo estuvieron en él Nuñez de Arce, Hartzenbuch y más modernamente Ortega Munilla. Poco antes de morir la Marquesa de Peñaflor, Fray Albino González Menéndez-Reigada, Obispo de Córdoba, aceptó la donación que ésta le hizo del convento, con la condición de dedicarlo a Seminario, utilizándose como Seminario de verano a partir de 1957, y ampliándose bajo el Obispo don Manuel Fernández Conde y la dirección del arquitecto diocesano don Carlos Sáenz de Santamaría en 1962-63. De hecho sólo quedó de lo antiguo la capilla original, algunas imágenes y muebles que se encuentran hoy en el Seminario de San Pelagio: un cuadro de la Asunción, una imagen de barro del siglo XVI de la Virgen con el niño, en la Capilla de San Pelagio, y la custodia que se realizó con las joyas de la Marquesa. De escultura se conserva un relieve de San Francisco, además de la imagen de la Virgen de los Ángeles y la de San Juan Bautista.
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Esta historia hizo que nos decidiéramos. Así que a la manera de aquellos viajeros románticos del siglo XIX iniciamos el camino en busca de la Fuente de los Tres Caños (amor, salud y suerte), de la cual, como no, bebimos sendos tragos, alguna que otro, arriesgándose a caer de bruces en el pilón.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Este sendero tiene una longitud de 4,30 Km y la dificultad que conlleva
recorrerlo es baja, debiendo sortear diferentes accidentes naturales en
los que se nos facilita el paso gracias al trabajo de la asociación
vecinal que ha impulsado el sendero.
Se accede al sendero desde la Ronda del pueblo, en dirección al
embarcadero, que dejaremos a nuestra izquierda y 
buscaremos el
transformador de alta tensión de la presa de derivación del Bembézar.
Éste es el punto de inicio de la ruta, que discurre por la margen
derecha de la presa y nos lleva por un sendero bien compactado hasta la
Fuente de los Tres Caños, situada poco antes del Seminario de Los
Ángeles, que da nombre a la ruta. Parte de este camino fue utilizado por
los monjes para llegar al Seminario, y por los viajeros procedentes de
Posadas y de la Sierra para llegar a Hornachuelos y al Monasterio.
Este sendero atraviesa varios accidentes geográficos, como el Barranco
del Infierno, el Arroyo de la Rabilarga, el Poyato, o el Arroyo del
Silencio, en el cual, dejando a un lado el camino y adentrándonos en el
curso del arroyo, podemos ver hasta 5 saltos de agua en la estación
húmeda. Durante esta ruta veremos diferentes tipos de especies
vegetales, muchas de las cuales señalizadas, dotando al sendero de un
gran interés educativo. Otro de los aspectos importantes del Sendero de
los Ángeles es la gran cantidad de especies
faunísticas que podemos observar, como el Cormorán* o los Buitres
Leonados.
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Habréis observado el cambio de estilo. "Esto también es copiado"
Continúo con nuestra historia......
