LOS
COMIENZOS
De
forma casual en un hotel leí en una guía para turistas que existía
la posibilidad sin salir de Andalucía de caminar en medio del
campo, pero pegados a los pueblos del entorno, a la manera del Camino
de Santiago por el llamado GR 48, un gran recorrido que se iniciaba
en Barrancos (Portugal) y finalizaba en Santa Elena (Jaén) rotulado
con fondos europeos.
Nuestro
grupo senderista se inició en las proximidades del Rio Murtigas que
separa Encinasola de Barrancos sirviendo de frontera entre Portugal y
España. Ir a Encinasola era complicado, malas carreteras y unas 2,5
horas de viaje y tampoco se preveía que fuera un paisaje precioso No
estaba ni está en las guías habituales del senderismo en Andalucía.
Por eso aunque todos teníamos desde niños la pasión por caminar
y disfrutar del paisaje me sorprendió el apoyo de María Luisa,
José Luis, África, Javier y María José a mi propuesta de hacer el
camino.
Una
vez en Encinasola súbitamente se abrió ante nosotros ese territorio
fronterizo e ignoto de la llamada Banda Gallega de sierras
desconocidas, fortificaciones y pueblecitos con nombres medievales en
lo alto de colinas. El contacto con las gentes sencillas del campo
andaluz y extremeño nos enriqueció. La primera etapa marcó las
pautas democráticas de comportamiento del grupo: antes de la marcha
discutimos el perfil de la ruta y ante la sorpresa de algunos que
estuvimos en minoría, se decidió hacerla en sentido inverso, de
España a Portugal, al ver que de esta forma era cuesta abajo. Quedó
claro con esto que tanto o más que el valor gimnástico de caminar
valorábamos la convivencia y la conversación. Al final fue un éxito
pues entramos en Barrancos; nuestro grupo tiene su edad y contexto
histórico, cantando “Grandola, Vila Morena” y disfrutando en
una cafetería los exquisitos dulces portugueses.
La marcha fue precedida de una cena confraternizadora, que después
ha tornado en tradición, en la que también iniciamos la ruta
gastronómica que nos ha permitido saborear los productos típicos
de toda Sierra Morena: en esa ocasión cerdo ibérico en sus
modalidades y setas regadas con generosidad con el tinto español.
Durante la cena, siempre ha habido entre nosotros gustos musicales,
brotó con entusiasmo el recuerdo a la inolvidable artista onubense
Perlita de Huelva autora de la inolvidable canción “Amigo
conductor” tal vez rememorando esas carreteras rurales terribles
por las que nos movíamos. Perlita ha quedado desde entonces
incorporada al bagaje sentimental y a la conversación de nuestro
GR.
La segunda etapa entre Encinasola y Cumbres de San Bartolomé creo
fue la definitiva para que nos hiciésemos fanáticos del GR; la
belleza y soledad del paisaje nos cautivó, y el grupo se enriqueció
con la incorporación de Cristi, Nicolás, y Alberto. Lo más
destacado de las 2 primeras marchas fue que en Enero –Febrero de
2014 llovió mucho y nos encontramos la ruta cortada por ríos y
torrenteras que hubo que atravesar por las bravas; nunca el grupo
hasta ahora dio un paso atrás, lo que nos sirvió para valorar no
solo el valor innegable de todos sino su elegancia más íntima y
natural. Recuerdo la trasparencia y frialdad de esas aguas y la
alegría que nos invadió a todos después de superar esas pequeñas
dificultades.
Salud
y felicidad a todos; como veis con el ocio me he explayado
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